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lunes, octubre 10, 2005

Fragmentos de un blog derribado


1.- "Subí la compra sudando como un cerdo, con la espalda llena de agua de lluvia de verano y de sudor. La casa esta llena, con casi tanta basura como siempre y con la Corrupia Pérez que me ha preparado pescado para cenar. Miro el monitor con cierta sensación de mareo, de vértigo. Detrás está la ventana desde la que entra una brisa fresca del norte y olor a sal y a hierba húmeda. Suben los gritos de gente del barrio lanzando al aire consignas de lunes y órdenes a cocinas de sidrerías. La casa está llena. Gracias Corrupia Pérez."

2.- "Si a la típica depresión postvacaciones le unes volver a una ciudad resacosa, que acaba de terminar su semana grande, el resultado no puede ser otro que esperar que venga el otoño y te rescate o escapara a Oviedo a pillarte una buena borrachera. Y eso hice. Me fui a Vetusta, llena de guiris en agosto y virgen de festejos hasta septiembre. Pero no importa, éramos bastantes para dejarnos llevar por la sidra hasta perder un poco (alguno un poco más) el equilibrio. "

3.- "...me pasó una de esas cosas que me pasan a mí. Iba en taxi (que conste que solo voy en taxi cuando hay mucha prisa o mucha carga) y vi a un señor tirado en una parada de autobús. Así que, a la voz de pareeeeeee!, le comenté al taxista lo que había visto, a lo que me respondió -tranquilo, ya lo verá alguien-. Pagué la carrera y salí pitando a comerme el marrón de un cadáver sobre el que luego me harían mil preguntas, porque desde luego yo no soy Mitch (Baywatch) y tampoco creo que hiciese más que llamar al 112 (luego hablo del 112). El caso es que el paisano estaba borracho como una mona, como un pioyo, como un... Al menos me desquité del mal rollo y sentimiento de culpabilidad que tenía hacia la tercera edad por otra cosa que me pasó el otro día. El caso es que una señora, en el autobús ( viva el transporte público y colectivo, aunque a ver cuando me puedo comprar un coche, como echo de menos al
mío, fallecido hace ya casi un año) preguntó a otra "jovencita" que iba a su lado si esa era su parada. Yo sabía que sí, que sí que era esa. Pero mientras la moza se lo pensaba, el autobús arrancó y adiós muy buenas. La señora, que se tuvo que bajar unos trescientos metros más lejos de lo previsto, iba con bastón. Con lo que me entró un sentimiento de culpabilidad por no haber interrumpido antes esa conversación en plan listillo... y empecé a imaginar como justificarme en caso de que me recriminaran por no haberlo hecho (las viejas son muy dadas a ese tipo de cosas). Así que se me ocurrió que podía decir que no hablaba castellano, que acompañaba a la señora del bastón hasta su destino para aliviarle el camino... No es que esté chiflado, es que en el autobús ya me pasó de todo, desde que me bendiciera con agua bendita una anciana iluminada, hasta que me acosara una retrasada mental, pasando por encontrarme una mochila abandonada en plena fiebre por los atentados terroristas acaecidos en transportes públicos...Sobre el 112 decir que:- Donde estén los pelochos que se quite cualquier otra conbinación numérica. Y todo mi reconocimiento a esos dos unos acojonados que miran medio en plan cómplice, medio en plan "la vamos a cagar".- Como tengas una urgencia en Castilla y León y tengas que llamar al 112 probablemente no vivas para contarlo. Eso sí, seguro que reconocen pronto tu cadáver, porque lo único que les falta preguntarte antes de "qué te pasa" es cuanto te mide la polla y tu signo de zodiaco por el calendario maya. Lo demás lo preguntan todo."

4.- " Tengo que dejar de ver "Sexo en Nueva York"Los mosquitos andan más revueltos que nunca. Llega el frío y saben que eso significa que también anda cerca la muerte. Todos los que tenemos algo de mosquito (cerebro, corazón) nos volvemos un poco igual de impredecibles al final del verano. Ya se sabe. Después muerte o bufanda. Ya veremos qué pasa."

5.- "Hay en Salamanca un tanatorio en medio del casco histórico que tiene el afortunado nombre de "la soledad". Los ventiladores de las cámaras frigoríficas dan a la calle y no te puedes cambiar de acera porque al otro lado del asfalto hay una muralla y ése es el único espacio donde protegerte de los coches. Cuarenta grados bajo el sol de mediodía y el fresco de los ventiladores en la cara durante los pocos segundos que tardas en pasar el tramo. Es repugnante, pero te invita a pensar.
La vida no dura toda la vida. "

6.- "Todo cambia. Nada permanece. Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río. Aunque vuelven las mismas ondas a la orilla. Si no son las mismas, al menos, parecen repeticiones de las que vinieron por primera vez. Ondas de espuma, de agua más fresca o de mierda. Las mismas ondas, cada vez nos sorprenden menos. La perdida de capacidad de sorprendernos, la facilidad para con la resignación y la vulnerabilidad ante las olas de calor son los síntomas claros de que crecemos y morimos un poco (poco a poco, como las olas que van alcanzando la arena seca mientras sube la marea)."

7.- "Siento ente l’aire frío d’esta seronda de pies fríos de vieya, la música que tu nun sientes.Siento les notes d’esos cordeles tensos que dalgún día cariciasti como caricies antaño la mio realidá. Siento la lluvia pingándome’l coral. Pingar colloráu, por nun saber si nel tuyu hai dalguna pingadura de min, si entovía ta permoyáu d’esi orbayu de lletres al qu’enxamás voime asemeyar. Siento.Siento la música de la vida nel llargor de la nueche. Siento nun ser a tocar los cordales d’esi vieyu vigulín qu’escuendes tres la to sorrisa de llau, tres la to llingua qu’entruga “¿qué mas?” y a la que namás- y soi a retrucar que tengo mieu al silenciu, llercia a nun sentir. Siento cancios que falen siempres de nos, de patries que s’asitien n’ espertar encadenáu na to cintura."